lunes, 22 de junio de 2009

Apure


Venezuela. Si quiere alejarse del bullicio, las sabanas de Apure ofrecen otra visión de la multifacética geografía venezolana. Sus llanos ofrecen la oportunidad de reconocer un aspecto auténtico del país. Una punta de ganado, la carne en vara acompañada de la música recia del llanero, la emoción del coleo, las garzas levantando vuelo, son escenas que emocionan al visitante. Los hatos de Apure se han convertido en refugios de todas las especies. A dos horas de navegación por el Arauca saliendo de Elorza, se llega al Campamento Turístico Doña Bárbara la vieja casa de este hato, construida en 1954 cuya extensión total es de 36.000 hectáreas. El Hato El Cedral, el Hato El Frío, la Finca Cañafístola, también son opciones para sentir el llano, en cómodas instalaciones o dormir en un chinchorro y comer arepas del fogón. Allí, paseos para ver la fauna y flora y travesías a caballo para vivir el ambiente que Gallegos creó en Doña Bárbara, en aquella inmensidad en la que usted se olvida de las colas caraqueñas y los ruidos del tráfico.

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